La mayoría de los cálculos renales o piedras en el riñón son asintomáticas, significa que ni siquiera te das cuenta de que tienes porque son tan pequeñas que se eliminan solas con el flujo de la orina. En ciertos casos, hay síntomas muy reconocibles (ver nuestro artículo ¿Cómo saber si tengo una piedra en el riñón?) que te permitirán saber que tienes probablemente un cálculo y en este caso la primera cosa por hacer, sobre todo si el dolor es muy intenso es ir a urgencias y consultar con un urólogo.

En caso de que sea efectivamente un cálculo renal, el urólogo te indicará el mejor tratamiento a seguir dependiendo del tamaño, de la localización y del tipo de cálculo que tienes.

Las medidas pueden incluir:

• Beber más agua y otros líquidos que no sean soda o alcohol
• Comer más de algunos alimentos y reducir el consumo de otros según el tipo de piedra que tienes
• Tomar medicamentos o suplementos  para ayudar a prevenir los cálculos ya que es una patología crónica con alta recurrencia
• Si el cálculo es suficientemente pequeño, en general inferior a 10 mm, tomar un tratamiento médico expulsivo puede ayudarte a expulsar espontáneamente el cálculo (medicamentos antiinflamatorios, alfa-bloqueadores)
• Si el cálculo es demasiado grande o bloqueado en el sistema urinario con pocas probabilidades de expulsión espontanea, se programará una intervención quirúrgica para proceder a la eliminación del cálculo.

Se te puede pedir que trates de recuperar el cálculo renal durante su expulsión. Puedes hacerlo recolectando toda la orina y colándola, o existen sistemas especiales para ayudarte a hacerlo. El médico te explicará cómo proceder ya que recoger el cálculo le aportará mucha información sobre las posibles causas de su formación y recomendarte un tratamiento personalizado para que evites la recurrencia.